¿Qué hacer en Miami (Beach)?

Miami como destino turístico no es, seamos objetivos, una ciudad que no te puedas perder. Sin embargo, recibe millones de turistas al año, nacionales e internacionales, que pululan por South Beach sin descanso. Los turistas nacionales suelen estar encantados, por el clima, por el ambiente latino, por poderse quemar bien en la playa…  Además, el turista «local» medio no pasa más de un par de días en Miami para, acto seguido, embarcar en uno de esos cruceros que te dan una vuelta por el caribe con paquete de bebidas incluido. Para ellos, es una ciudad de paso. Pero el turista español es otro cantar. Suele tener más días y suele esperar más de las ciudades. Que ya sabemos que esto no es Europa, así que no puedes pedir un centro histórico pero, qué se yo, esperamos ver algo similar a Chicago, o a San Francisco, o a Boston… y no. Miami es una ciudad diferente que hay que explorar. Y cuando los españoles llegamos a Miami y vemos que las playas no son tan paradisiacas, que el mundo yanki ha sido invadido por el reaggeton y el arroz con mango y que no hay mucho por donde pasearse sin necesidad de coche, viene el bajón.

Lo mismo pasa con los Cayos. Yo también me imaginaba los Cayos de Florida como una ristra de islas casi desiertas, con playas ideales y palmeras sacadas de un anuncio de Bacardi. Y luego llegas a los cayos y no ves casi ninguna playa buena. El trayecto no deja de ser bonito, con esa carretera (interminable) que enlaza las islas atravesando un mar turquesa precioso. Pero cuando llegas a destino, en cualquiera de los cayos o ya en Key West… si lo que buscabas era tomar el sol, casi mejor tómate un copazo en Duval Street para curar las penas. Key West es muy bonito por sus casas, por su ambiente de fiesta, por su callecita (en singular) turística, por la casa de Hemingway, por el faro, por el muelle lleno de pelícanos y por los atardeceres mojito en mano. La playa es enana (la mayoría de la costa es de piedras) y nada del más allá. Avisados quedáis.

Pero, volviendo a Miami. El motivo de que escriba este post es porque me gustaría que ningún español más se decepcionara con esta ciudad. No todo EEUU puede ser Nueva York, ni parecer tan yanki como un bar de carretera en la ruta 66. Miami tiene su punto, pero si vienes sin haberlo planeado, solo verás la superficie, que es hortera y comercial. Y, como a lo tonto, tengo muchas, muchas recomendaciones, voy a dividir este post en dos. Hoy os hablo de lo que podéis hacer en la zona de Miami Beach. Sin necesidad de coche, sin necesidad de pasaros el día en la playa si no queréis.

  1. Miami Beach es «el centro»: En realidad hay otro «centro» que es Downtown, pero es más un centro financiero y residencial que otra cosa. El verdadero corazón de Miami lo hace una «L» formada por Lincoln Road, que desemboca en la playa y, en paralelo al mar, Ocean Drive. Entre esas dos calles, junto con la siguiente paralela a Ocean Drive, que es Collins Avenue, veréis todos los edificios art decó más importantes.
  2. Si os gustaría saber más sobre el art decó, podéis ir al Miami Design Preservation Center, en pleno Ocean Drive (muy cerca de la casa de Versace). Es un museo pequeñito con fotos de cómo se luchó por preservar los edificios art decó y demás. Allí ofrecen tours (en inglés) y también audioguías (en todos los idiomas) que no sé qué tal estarán pero, si os interesa la arquitectura, puede ser un buen plan.
  3. Para ver las famosas casetas de vigilante de la playa de Miami pintadas de colores, podéis bajar caminando desde South Beach (cuando os canséis de Ocean Drive) hasta South Pointe, que es el final de la isla de Miami Beach. Allí, al final, hay un parque muy cuidado y un muelle precioso donde se ven, los sábados a eso de las 6 ó 7 de la tarde, pasar a los cruceros que salen del puerto de Miami. Este recorrido se puede hacer también en una de las bicis de alquiler citibikes que encontraréis por todas partes y es súper agradable.
  4. También en Miami Beach, en Washington Avenue, tenéis el Wolfsonian Museum que a mi, personalmente, me encantó. Es un museo pequeñito, con un par de horas es más que suficiente para verlo, y cuenta con una colección fascinante de objetos, muebles, carteles, propaganda política y mil curiosidades más que van desde la época de la revolución industrial hasta la segunda guerra mundial. Y los viernes, de 18 a 21 puedes entrar gratis.
  5. La Española Way está sobrevalorada. La guía te dirá que es una calle preciosa llena de restaurantes… Yo te recomiendo que te hagas la foto con el cartel de la entrada a la calle y luego pases a otra cosa. Los restaurantes son muy turísticos y te clavarán 20 dólares por un plato de pasta.
  6. Si, en vez de torcer a la derecha para ir a Ocean Drive, giras a la izquierda desde Lincoln Road, podrás ver un par de cosas interesantes. La primera, el parque de las buganvillas. Bueno, en realidad se llama Soundscape Park, pero lo que lo hace bonito son las buganvillas metidas en unas estructuras de metal.
  7. Si cruzas la calle desde el parque de las buganvillas, en la misma puerta del teatro Fillmore verás una especie de versión cutre del paseo de la fama de Hollywood, pero con las huellas en el cemento de Rocío Jurado, el Puma, Celia Cruz o Paloma San Basilio. Grandes de la Historia de la Humanidad, como veréis.
  8. Algo más hacia el norte tenéis el Bass Museum (que no recomiendo porque depende mucho de lo que haya en ese momento, son siempre exposiciones temporales), pero frente a la puerta está la estatua de Rondinone llamada The Miami Mountain y que es una chulada.
  9. Y, si sigues caminando un poco más, puedes ir al Monumento en Memoria del Holocausto, que merece también una visita y es totalmente gratis. Recordad que Miami, antes de ser el epicentro del mundo latino, fue el hogar de millones de jubilados judíos, muchos de ellos supervivientes de campos de concentración.

Otro día sigo con más recomendaciones de Miami (continental) para las que sí necesitaréis moveros en coche. Pero, si tenéis un par de días en Miami sin coche (porque los hoteles cobran un dineral por el aparcamiento), os recomiendo que aprovechéis para saliros un poco de las terracitas súper turísticas y veáis la verdadera esencia de la ciudad.

¡Besos!

Belén

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