A la hora de desmitificar Estados Unidos, hay temas con los que me río mucho -todos los yankisurrealismos y locuras varias-, temas con los que alucino y me indigno, como todo lo que tiene que ver con el racismo, las desigualdades sociales y la libertad capitalista en plan salvaje; y hay unos pocos temas, muy pocos, en realidad, que me revuelven muchísimo el estómago y me hacen pensar que en este país hay algo que está muy, muy mal.

El registro nacional de agresores sexuales es uno de ellos.

Es muy difícil hablar de injusticia cuando a quien estás defendiendo es un posible monstruo. Pero, desde mi punto de vista, la existencia de este registro para castigar fuera de la cárcel al que ya ha cumplido con su pena, es una de esas cosas que hacen de Estados Unidos un país tercermundista en cuanto a derechos humanos fundamentales.

Me ha resultado muy desagradable leer acerca de este tema e intentar comprenderlo en profundidad. Normalmente, en la elaboración del podcast, voy descubriendo distintos puntos de vista y, aunque mi opinión suelo mantenerla intacta -como me pasó con el podcast de las armas, por ejemplo- soy capaz de empatizar, en cierta manera, con quien está al otro lado en el debate. Comencé este episodio pensando que conseguiría entender los beneficios del registro, pero no ha sido así. Y, sinceramente, estoy encantada de publicar por fin este episodio para que la información quede ahí guardada para quien, en un futuro, me pregunte, y yo no tenga que hablar más sobre ello, si no es estrictamente necesario.

Aquí os dejo el Buscador online de agresores sexuales por área (donde puse mi dirección para ver cuántos había a mi alrededor en las distintas casas en las que he vivido en Miami) y el enlace al libro que menciono, “Miracle Village” porque, aunque está descatalogado, aquí en esta página se pueden ver algunas de las fotografías.

También os dejo el artículo de NPR que menciono acerca de los errores en el registro, que se publicó el año pasado.

Y, por último, por aquello de terminar con una nota de humor, aquí os dejo un sketch que me enseñó Yankimarido: Se emitió en los 90 para el programa “Mr. Show”, de HBO. Si sois fans de Breaking Bad o Better call Saul, seguramente reconoceréis a un jovencito Bob Odenkirk protagonizando este vídeo: se trata de una parodia de un reportaje sobre cómo, en vez de mandar a la gente a la cárcel, muchos delincuentes podrían vivir perfectamente en sociedad, simplemente siguiendo unas “pequeñas guías de seguridad” para advertir a sus conciudadanos de de que son delincuentes sexuales. En el vídeo se exagera, obviamente, la vida del agresor sexual registrado: vive rodeado de carteles que le apuntan como violador en todo momento y se ve obligado a decirle a todo el mundo que es un violador al presentarse. Es un humor muy yanki y muy negro… pero humor, al fin y al cabo.

Así que ya sabéis, si estáis viendo una serie o una película y sale esto del registro de “sex offenders”, ya sabéis por dónde van los tiros, por qué se hizo y qué supone para las personas que están apuntadas. Espero que os haya parecido interesante.

Y si os apetece invitarme a un café a cambio de este contenido, no seré yo quien os lo niegue XD, así que os dejo el link de mi página de ko-fi, por si cuela y me hago multimillonaria.

Y con esto y un bizcocho, hemos terminado el episodio 28.

Os mando un abrazo,

Belén