Obviamente, una pandemia no es lo mismo que un ataque terrorista. De hecho, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Pero sí que creo que hay algunos puntos en común. El miedo y la gestión de ese miedo. La revelación de la falta de preparación de nuestros Gobiernos, incluso de los -en teoría- más preparados, ante una catástrofe de esta magnitud. El apoyo, o no apoyo, a nuestros líderes y sus decisiones. La manipulación de las masas de votantes a través de los medios de comunicación. Las medidas preventivas para que no vuelva a ocurrir algo similar. La prevalencia de la economía del país frente a la salud de las personas. Y el racismo y los prejuicios, que parece que florecen en cuanto se les riega un poco. 

La película que os menciono en el podcast es “Vice” (2018), que se tituló “El vicio del poder” en España y “El vicepresidente: Más allá del poder”. Ya os la puse en mi perfil de Peoople y, si no la habéis visto, os la recomiendo, aunque Adam McKay hace un retrato de Cheney asumiendo que el espectador sabe muchas, muchas cosas y tocando un montón de temas importantes (que han salido en desayunos o saldrán en futuros podcasts) muy de refilón.

He de decir, que no lo comenté en el podcast, que la guerra de Irak fue, a pesar de muy apoyada por los medios, también muy criticada por gran parte de la sociedad americana. Como ya os comenté en el Episodio de las canciones protesta, incluso hubo grupos musicales, como Green Day, que dedicaron álbumes enteros a criticar la política de George W. Bush, la guerra de Irak y el envío masivo de tropas a esta zona. La crítica social estaba ahí – también hubo manifestaciones de “No a la guerra” igual que en España- a pesar de que, en general, para la mayoría de la población que no se llega a enterar bien de qué pasa en Washington, sí que se logró enlazar esta guerra de Irak y a Sadam Hussein con el atentado a las torres gemelas, a pesar de no estar relacionados. 

En cuanto al súper patriotismo que se dio tras los atentados y del aquel famoso “Never Forget”  que se hizo viral a pesar de vivir aún sin redes sociales, es importante destacar también que el 11-S y la entrada en la guerra de Irak también hizo rebrotar la estupidez de algunos radicales. Y os pongo un ejemplo: en el año 2003, cuando se decidió invadir Irak, el Presidente del Comité de la Administración de la Casa de Representantes, Bob Ney,  cambió el nombre de las patatas fritas en la cafetería del Congreso. ¿Por qué? Porque en inglés, a las patatas fritas se les llama French Fries y Francia, con Villepin a la cabeza, se negó a apoyar a EEUU en la búsqueda de esas armas de destrucción masiva en Irak. Por eso, durante 3 largos años, las “French Fries” pasaron a llamarse “Freedom Fries” (las patatas de la libertad) en la cafetería de la Casa de Representantes, e incluso se animó a varios restaurantes a hacer esto mismo y cambiar el nombre en sus menús, cosa que no cuajó precisamente porque la guerra de Irak, como os digo, no tenía el apoyo de todos.

Esto no deja de ser una chorrada somera, pero refleja ese auto marketing constante en el que se vive en este país y del que se retroalimenta. La política de EEUU se aprovecha, en la gran mayoría de las ocasiones, de la falta de conocimiento de sus propios ciudadanos y disfraza todo con eufemismos perfectamente testados en grupos de investigación para hacer más apetecibles todas las decisiones unilaterales de su Gobierno.

La invasión de Afganistán se llamó “Operación por la continuidad de la libertad”, a la invasión de Irak se le llamó “La guerra contra el Terror”, la ley que permite el espionaje de emails y llamadas de sus propios ciudadanos se llamó “La Ley Patriota”, las técnicas de tortura de Guantánamo fueron bautizadas como “Técnicas de Interrogación Avanzada”…  Y ahora lo mismo.  Porque, para reactivar la economía, hace semanas que ya se habla y se reparten carteles que dicen  “America Strong” (América Fuerte) como lema para reabrir cuanto antes.

Y, por último, aquí os dejo el enlace de la película Lilo & Stitch, donde se cambió un avión de pasajeros que evitaba, por poco, chocar contra los rascacielos a un avión futurista rojo sin pinta de comercial que esquivaba… montañas en la selva.

Como os comento en el podcast, esto de la censura de imágenes y canciones daría para otro episodio entero, pero como no sé cuándo lo haré, aquí os dejo este aperitivo: 

Y ahora sí, me despido hasta la temporada 3. Tengo proyectos (no sabéis cuántos…) en mente para hacer durante los próximos meses, así que aún no sé cuándo retomaré el podcast. Espero que pronto, pero no me atrevo a ponerle fecha.

La verdad es que también me apetece dedicarme a algunas cosas distintas por una temporada. Pero todas ellas, por supuesto, tienen que ver con desmitificar Estados Unidos. Así que estad atentos a mi instagram y a mi twitter (¡y al de @yankimarido!), porque es casi seguro que… os vais a sorprender.

Si, por la razón que sea, os apetece apoyarme en todo esto que estoy haciendo o queréis agradecerme de alguna manera el contenido publicado hasta ahora, aquí os dejo la página en la que recaudo fondos para Aló Miami en forma de “cafés” (o Colacaos). Y os recuerdo que es totalmente voluntario: https://ko-fi.com/alo_miami

Muchas gracias por estar ahí, al otro lado.

Besos,

Belén