Desde hace ya dos semanas, aquí hemos estamos viviendo el juicio, emitido en directo en televisión nacional, contra el policía de Minneapolis Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd el pasado verano, y el debate Black Lives Matter (las vidas de los negros importan) Vs Blue Lives Matter (las vidas de los policías importan) vuelve a estar en plena ebullición.

Además, esta misma semana, saltó la noticia de otro incidente en la misma ciudad donde murió George Floyd asfixiado. Daunte Wright, de 20 años, fue disparado por la espalda cuando escapaba de ser arrestado. Y la frustración de la sociedad ha alcanzado niveles máximos cuando la policía de Minneapolis lanzó un comunicado que decía que éste había sido un disparo accidental, ya que, “por error”, la agente disparó con el arma reglamentaria en vez de con la pistola taser, a pesar de que son objetos muy distintos, que pesan distinto, se colocan en lugares distintos del uniforme y ambas tienen un seguro que hay que desactivar. La cámara que llevaba la policía grabó cómo le advertía “¡que te disparo con la taser, que te disparo con la taser!”… Pero luego no fue la taser lo que disparó. Encima, en el momento en el que disparaba a matar, queriendo o sin querer, esa policía tenía a su cargo a otro agente en prácticas.

Por esto, llevamos toda la semana con manifestaciones y toque de queda en Minneapolis. La policía que disparó, que está en libertad bajo fianza, ha tenido que salir de su casa porque su dirección se filtró por redes sociales y su vida corría peligro. La gente está muy harta.

Y otra noticia de esta misma semana: un policía en Chicago, en una persecución, mata de un disparo en el pecho a Adam Toledo, un chico hispano de solo 13 años, a pesar de que no estaba armado y había levantado las manos, tal y como le habían ordenado.

Hemos visto estos videos gracias a las “body cams”, que son las cámaras que llevan algunos policías en su uniforme para grabar su actuación. Esto es una medida relativamente nueva, de la época de Obama, cuando el Congreso aprobó una subvención para pagar la mitad del coste de estas cámaras y así animar a todos los cuerpos de Policía a implementarlas. Gracias a esta medida, hay 21 mil cámaras en activo en algunas ciudades de Estados Unidos (no en todas). En algunos lugares es de obligado uso y, en otros, es voluntario llevarlas. Hay quien dice que funcionan, y hay estudios que demuestran que la policía tiende a usar menos de la fuerza cuando sabe que le están grabando… Pero también hay quien dice que es una medida carísima y absurda, ya que la policía, al final, se acostumbra a llevar puesto el dispositivo y esto no hace que varíe su comportamiento.

No está claro que funcionen como medida disuasoria de brutalidad policial, pero sí que ayudan a ver casos como el de Adam Toledo. Por eso, el 88% de la población estadounidense apoya el uso de esta tecnología.

Como os digo, este tema da para mucho más de un podcast, así que no descarto retomarlo en un futuro y ampliar con más información. Y eso que de brutalidad policial ya hablamos en el episodio sobre Christopher Dorner e, incluso, en el del 11-S, pero siempre hay algo más. Además, en un futuro haré otro episodio, al menos, sobre otro tipo de fuerzas de seguridad, ya que creo que el ejército y los organismos federales de Defensa también requieren su propia explicación.

Por último, os dejo aquí, como os prometí, el enlace al foro de dónde saqué los requisitos para ser policía en California.

Y también la recomendación de algunos podcasts (en inglés) de los que yo he sacado mucha información para hacer este episodio:

El primero, el episodio “American Police”, de Throughline, que nos explica toda la parte histórica de la creación de la policía en Estados Unidos. También Throughline ha sacado un episodio recientemente llamado “Policing in America” sobre este tema, a raíz del juicio contra Derek Chauvin.

Y el segundo “Running from COPS” es una serie fabulosa de 6 episodios y varios “bonus track” donde se analiza en detalle la importancia de esta serie en la sociedad estadounidense.

Espero que os gusten. ¡Y que os haya gustado también el mío! Y, si es así, por favor, no escatimes en recomendarlo en tus redes sociales a tus amigos, o ponme un comentario en iVoox o YouTube, o unas estrellitas en Apple Podcast. También, y solo si te apetece, puedes invitarme a un café en ko-fi.com.

Todo, absolutamente todo, ayuda. Y, si has llegado hasta aquí, muchas gracias por hacerlo. En dos semanas, compartiré otro episodio…

¡Hasta pronto!

Belén