Los Apellidos en EE.UU.

¿Has escuchado ya el episodio número 14?

Espero que sí y que ahora tengas una idea más clara de las razones por las que tantas mujeres se cambian el apellido en Estados Unidos… y de las que deciden no hacerlo.

Las declaraciones que leo están sacadas de una página web relacionada con ideas para bodas, y me pareció de lo más completo.

No he encontrado ningún dato oficial sobre cuántas mujeres cambian cada año su apellido en Estados Unidos tras su matrimonio, de ahí que no dé un dato exacto y solo os diga que “la mayoría” pierden su apellido original y heredan el de su marido voluntariamente. Me gustaría poder decir que esta tradición ha ido perdiendo fuelle pero,  la verdad, hay mucha información contradictoria: algunos artículos afirman que esto está en decadencia y otros que todo lo contrario. He encontrado artículos de principios de los años 2000 en los que se decía que cada vez había más mujeres que se cambiaban su apellido tras casarse, lo cual es sorprendente, porque uno pensaría que al evolucionar la sociedad, esto iría cambiando…

A falta de una información de la que pueda fiarme realmente,  solo os digo que creo que son la mayoría por lo que veo a mi alrededor, básicamente. Y, a falta de datos más oficiales o actualizados, me quedo con una encuesta de Google de 2015 que dice que apenas el 20% de las mujeres casadas recientemente por aquel entonces habían decidido mantener su apellido propio y no cambiarlo por el de sus maridos. Es decir, que el 80% restante sí que se lo cambian y que seguimos siendo una minoría las mujeres que decidimos mantener el nuestro en este país.

Una curiosidad: en muchas universidades, hospitales, formularios para ser miembro o socio de algún club y cosas así, te dan la opción para que pongas un “Nombre de preferencia” (Preferred name) que no tiene por qué ser el mismo que tu nombre legal. Así, que puede darse el caso de que una mujer que se haya negado a perder su apellido  se haga llamar “Mrs. Pitt” en el Club de Campo, por ejemplo, por no tener que dar explicaciones a los demás miembros. O también se puede utilizar para esos momentos de transición en los que aún no has hecho el cambio completamente, porque tened en cuenta que el cambio total de identidad puede llevar algunos años, hasta que absolutamente todo el mundo, empresas, antigua universidad, colegio, médicos, clubes de socios… todos te identifican ya por tu nuevo apellido.

Pero recordad, esto del cambio de nombre no solo responde a casarse en una sociedad tradicionalmente patriarcal. Hay muchas otras razones por las que poder cambiarse el nombre y el proceso es idéntico al que pasan las mujeres que deciden adoptar el apellido de su marido. De hecho, en el Hollywood clásico, raro era el que no se tenía que cambiar su nombre completo debido a presiones de sus productoras. Si tenían un nombre extranjero, porque iba a ser difícil que el público lo memorizara. Si tenían un nombre demasiado común, porque había que darle más glamour… Y, así, una tal Margarita Carmen Cansino, nacida en Nueva York e hija de un buen señor de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) -que es la tierra natal de mis queridas Tortas de Inés Rosales, por cierto…- tuvo que abreviar el Margarita a Rita y coger el apellido de su madre: Hayworth. Claro, es que entre Margarita Cansino y Rita Hayworth… pues no hay color.

Otro caso curioso es el de Kirk Douglas, que se llamaba Issur Danielovitch y, aunque había nacido en Estados Unidos, su familia venía del antiguo imperio ruso y eran judíos. De hecho, en su casa se hablaba en Yiddish. Pero en seguida se dio cuenta de que su nombre era, para muchos, demasiado …étnico (por decir algo) y, tras abreviarlo por una temporada como Izzy Demsky, terminó por cambiarlo legalmente a Kirk Douglas antes de irse con el ejército a luchar en la II GM.

Lo más curioso de todo es que, como todos sabéis, llamó a su hijo Michael Douglas, lo cual fue una puñeta para otro Michael Douglas que se quería hacer un hueco en la industria del cine con ese mismo nombre… así que por culpa de que a Kirk Douglas no le gustara su apellido judío, el verdadero Michael Douglas se tuvo que cambiar el suyo a Michael Keaton.

Algo parecido le pasó a Katy Perry, que en realidad se llama Katy Hudson, pero no quería ser confundida con la actriz Kate Hudson…

Pero, como os digo, la lista de actores clásicos con nombres cambiados es interminable:  Cary Grant era Archibald Leach (claro, lo de apellidarse “Sanguijuela” no es lo ideal, no…), Lauren Bacall era Betty Joan Perske, Boris Karloff era William Henry Pratt, Marilyn Monroe era Norma Jean, Joan Crawford era Lucille Fay LeSueur, Carole Lombard era Jane Alice Peters, Peter Lorre era Lazslo Lowenstein, Hedy Lamarr era Hedwig Eva Maria Kiesler, Tony Curtis era Bernard Schwartz, Greta Garbo era Greta Lovisa Gustafsson…  y hay muuchos más. Si os fijáis, muchos de ellos ocultaban sus orígenes: Greta era sueca, Hedy era austriaca… todos querían “normalizarse”. Y cuando Marion Morrison quiso ser actor, un director de cine le recomendó cambiar su nombre a Anthony Wayne, pero finalmente se quedó en John Wayne porque lo de Anthony, a la productora, le sonaba “demasiado italiano”.

Nicholas Cage en realidad era Nicholas Coppola, pero como se notaba a leguas que si estaba en el casting era porque era el sobrino de Francis Ford Coppola, se cambió el apellido para disimular. Sin embargo, Sofía Coppola, la hija de Francis Ford Coppola, lo mantuvo y, de hecho, no se lo ha cambiado nunca, a pesar de haberse casado dos veces.

Y os diría que esto de cambiarse el nombre en el mundo del artisteo por evitar los posibles prejuicios de la gente no es tan frecuente hoy en día como lo era en el antiguo Hollywood con los nombres judíos y europeos, pero la verdad es que, a poco que investigas, salen casos de estrellas como Bruno Mars, que en realidad se llama Peter Hernández y que se cambió el nombre para no ser clasificado como “artista latino”…

Y yo me pregunto: ¿qué posibilidades habría tenido Bruno Mars de triunfar como lo ha hecho con un apellido que deja ver un pasado portorriqueño? ….Así que bueno, se ve que aún hay de todo. También se da el caso de actrices que, como Eva Longoria, se hacen famosas con sus apellidos de soltera pero, al casarse, deciden cambiar legalmente al de su marido (Eva Longoria ahora es…. Eva Bastón en su carnet de identidad, tras casarse con el mexicano José Bastón)

En el mundo LGBT, como os digo, los casos que yo conozco (de primera mano) han mantenido cada uno su apellido. Pero, por ejemplo, tenemos a Portia de Rossi que, tras casarse con Ellen DeGeneres pasó a ser Portia DeGeneres… En su día dijo que era porque así le parecía que eran más “una familia”.

En fin, lo dejo aquí porque… ¡este tema es un pozo sin fondo!

¿Y vosotro/ass qué haríais? ¿Renunciaríais a vuestro apellido por seguir con la yankitradición? ¿Le daríais alguna importancia a este tema?

Me interesan vuestras opiniones. Podéis dejarlas aquí, en comentarios, o en la plataforma donde hayáis escuchado el podcast, o en la foto que publico sobre esto en instagram. Os lo dejo a vuestra elección.

¡Un abrazo!

Belén

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